Quemar las alas

Aún recuerdo la primera vez
Que pasamos juntos un verano.
El mundo estaba con nosotros
Y nos daba todas sus virtudes.

Seducidos fácilmente por el destino,
Creímos que volar juntos la inmensidad
Sería suficiente para atar nuestra dicha
Al fulgor de nuevos horizontes.

Es cierto, es cuestión de creer
Para que las cosas sean posibles.
Basta con tener presente aquello
Y esperar para que el mundo
Nos brinde su néctar divino.

No dejes tus sueños
Para otro día, rómpete hoy.
Mañana no habrá
La misma fuerza, la misma alegría.

Es tan fácil quemar las alas
Cuando vuelas cerca de una pasión,
Consumiendo sin advertencia
La voluntad,
La alegría,
La virtud,
La vida.
Tal vez fue la misma luz de aquel verano
La que rompió los puentes del amor
La que invadió por completo el alma
Incitando a la distancia y
Olvidando que la vida es un instante.



Instantes hechos palabras.
Escrito hace un año.
Báez.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Abecedario Metáforico

Entre mis mares

La manzana del deseo