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Mostrando las entradas de junio, 2018

Daguerrotipo

Regalando momentos Incapaces de borrar, Argumentos indispuestos Líricamente captar. Simbolizas la memoria, Daguerrotipo. Ese afán tuyo de Registrar imagen vívida, Gritar que en olvido Te transformas. Aullar que mis recuerdos Despojas de aquí, Los llevas contigo. Este pequeño poema fue escrito hace dos años, cuando resurgió la poesía dentro de mí y en un grupo de Facebook invitaban a todo el que formara parte a crear algo y compartirlo en forma de agradecimiento. Esto fue lo que salió y me gustó. Muy sencillo pero bonito. Nos leemos. Atentamente, Báez.

El robo.

Fue en la boda de la tía Xóchitl donde lo conocí, yo tenía a penas 9 años. Todo comenzó cuando contaron la historia de los novios, una tradición mazahua: "El novio se robó a la novia para poder casarse con ella". Pensé: "¿y si yo fuera la que se robara a un chico para casarme con él?" Pensé en voz alta, porque un niño moreno, alto y de cabello despeinado con un traje azul, camisa blanca y un moño en el cuello, me dijo: "No serías capaz de robarte a nadie, mensa." Al decir eso, me enfurecí y le dije: "Te voy a robar a ti cabrón". Le dí un puñetazo y al instante cayó al suelo. Me volteó a ver sorprendido y espeté: "Eres muy guapo, ¿me dejas robarte?". No hubiera dicho eso nunca, porque querer casarse con alguien que no sabe jugar piedra, papel o tijera, no ve plaza sésamo, no le gusta comer churritos con salsa, no conoce a timbiriche y mucho menos que no usa petos vaqueros de mezclilla en verano podría ser mi esposo