Reencarnación

-Hoy en esta soledad me vendría bien juntar mi boca con el calor de la tuya. Dijo un niño de 8 años a su maestra. Ella se quedó anonadada de que el niño hablará de esa forma y le dijo:


-¿Te sientes bien Federico?

-Sí usted está cerca, nunca podría sentirme mal. Maestra de mi corazón...

-Fede...

-Maestra, pensará que soy un loco. Perdóneme, reencarne en un niño. Soy tu amante de todas las vidas...

-¿Ricardo?

-Él mismo.

-¿Ricardo Maquiavelo González Romero?

-Sí, mujer. Perdón, maestra.



En esos instantes llegó la directora de la primaria buscando a la maestra para tratar asuntos de un niño problemático que iba en ese mismo salón.



-¿Alma? ¿Puedes venir un momento? ¿Todo bien?

-Sí, Josefina. Es que me espanto este chico al percatarme de que quería atacar a uno de sus compañeros con unas tijeras. Creo que debo enseñarle una lección.



Esa tarde llevo al jovencillo a su casa para aclarar las cosas, más que para reprenderle de aquel supuesto ataque con las tijeras a su compañero.



Así, esta vez Alma y Ricardo nos mostraron como puede ser capaz el ser humano en mostrarle a otro la capacidad de amar, a pesar de ya no estar en el mismo cuerpo ni en el mismo tiempo. A diferencia de que ahora, es posible...

                Miguel Ángel.

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